viernes, 19 de noviembre de 2010

LA CESAREA QUE NO LO FUE

Me programaron la cesarea para el 21 de septiembre, en la noche del 18 al 19, volví a tener contracciones regulares y que no cesaban así que fuimos a urgencias, despues de pasar por los monitores y comprobar que efectivamente eran contracciones, me hicieron una eco y vieron que el bebé estaba en posición transversa, así que decidieron ingresarme, para hacerme la cesárea el día 19.
Por la mañana vino la matrona a colocarme los monitores de nuevo y nos dijo que ya estaba colocado ¡así sin eco, ni nada!, despues me vio una ginecóloga y sin eco, sólo con un tacto dijo lo mismo ¡yo no me lo podía creer!, en mi mente sólo estaba que era domingo y no querían trabajar mucho, me querían largar, (a todo esto las contracciones habían cesado durante la noche), me dieron la opción de quedarme hasta el lunes 20 y que otro ginecólogo estudiara mi situación, y eso fue lo que hicimos.

El lunes 20 cuando me vio otra ginecóloga, hizo una eco super completa y muy minuciosa, y ¡efectivamente se había colocado!, pero tenía poco líquido amniótico y decidió provocar el parto, ese mismo día con una sustancia que se llama propess, nos dijo que ese día y el siguiente, el 21, me iba a poner eso, y si no me ponía de parto, el día 22 me pondrían oxitocina, el lunes 20 no me puse de parto, en la mañana del martes 21 me volvieron a colocar el propess, y fué mano de santo, contracción tras contracción, sin descanso, una tras otra, muy dolorosas y muy rítmicas, en cuestión de media hora dilaté tres centímetros, y mientras me llevaban a la sala de dilatación, otros tres y medio más, yo entré pidiendo la epidural casi a gritos, me dijeron que no me la podían poner ya, pero yo insistí y me la pusieron, en lo que tardaron con la epidural yo ya había dilatado nueve centímetros y el niño estaba coronado. Me pasaron rápidamente al paritorio, y en dos empujones, sin ninguna otra ayuda, nació nuestro hijo, mi marido lo grabó todo con la cámara, fue mágico, cuando lo vimos, ¡era clavado a su hermano mayor!, lloramos de felicidad y lo abrazamos, yo le di besos en la frente, intenté colocarlo al pecho, pero no se enganchaba. Salió del paritorio conmigo y desde entonces no nos hemos separado.

Hoy tiene casi dos meses, es muy tragón, le estoy dando pecho y se sonríe cuando le hablamos, es lo mejor que tenemos, el milagro de la vida.

TERCER TRIMESTRE

Llega el verano y nos vamos al pueblo que se está más agusto, hace menos calor y la tripa empieza a pesar bastante, en principio sólo ibamos a estar una semana, pero al final nos quedamos todo el verano, las revisiones ginecológicas iban muy bien, el niño ganaba el peso suficiente, al contrario que yo, me sacaron un poco de azucar en la prueba de la glucosa, pero el endocrino me dijo que no lo consideraba diabetes gestacional, yo hice una dieta y a partir de ese momento el niño no engordaba al ritmo que antes, en cuanto al líquido yo no hacía más que beber agua, me bebía alrededor de tres litros diarios, si no más y el líquido amniótico estaba un pelín bajo, nos dió unos cuantos sustos, de vez en cuando tenía contracciones y me mandaron reposo relativo, así que dejé las caminatas, entre otras cosas..., la mayor sorpresa me la dió el ginecólogo a finales de agosto, resulta que desde julio el niño se había colocado y en la visita de agosto, nos dijo que no lo estaba, que caminara con la faja maternal a ver si así se daba la vuelta...

En septiembre, a mediados, empecé con los monitores, antes de entrar, nuestro ginecólogo privado que trabaja tambien cerca de donde me hacían monitores, nos hizo una ecografía para ver si se había vuelto a colocar, nos dijo que sí, así que salimos muy contentos, despues de la prueba de monitores, que salió bien, otro ginecólogo distinto hizo otra eco y vió que no estaba colocado ¡había pasado media hora!, no nos lo podíamos creer, desde luego ¡el sr. X no daba una!, así que el ginecólogo nos mandó a hacer las pruebas para una cesárea programada.